La asertividad ocupa un papel fundamental en los modelos de gestión empresarial más demandados en la actualidad. Esta competencia es una de las más demandadas en los puestos de trabajo al favorecer el clima laboral en la empresa. Para saber qué es ser asertivo no basta quedarse con la definición de diccionario, en este artículo explicaremos también cómo afecta y la forma de potenciarla para el trabajo.
Qué entendemos por asertividad
Para comprender cómo trabajar la asertividad empresarial, primero debemos comprender qué cuestiones abarca su significado. Muchas veces utilizamos la palabra en nuestro día a día aunque no siempre de la forma adecuada.
Entonces, ¿qué es ser asertivo? La asertividad es una habilidad o capacidad que permite expresar de manera adecuada los intereses de una persona sin perjudicar ni entrar en conflicto con el resto. Mantener una actitud asertiva suele aportar un mayor consenso en la toma de decisiones que otras actitudes basadas en la pasividad, en la agresividad o el llamado comportamiento pasivo-agresivo en el trabajo.
Por lo tanto, podemos considerar a una persona asertiva como alguien que defiende sus intereses de tal forma que trata de no entrar en conflicto con los del resto. De esta forma la persona asertiva tiende a conseguir lo que se propone; reclama sus derechos y los logra mediante el consenso y la negociación con los demás.
Cómo influye la asertividad en el trabajo
La asertividad es una de las habilidades sociales más buscadas en las empresas debido a los beneficios que aporta. Ser asertivo en el ámbito laboral no consiste en complacer al resto ni cumplir los deseos de los demás. Tampoco en rechazar las peticiones o valoraciones de los demás para no entrar en conflicto.
Este tipo de conducta no es pasiva ni tampoco agresiva. Debemos posicionarnos de forma que podamos comunicar nuestro punto de vista a la vez que respetamos la visión del resto. Para ello debemos encontrar un equilibrio en el que estemos abiertos a las opiniones de los demás sin dejar que pisoteen nuestra valoración.
Expresando de forma correcta nuestros puntos de vista no solo nos ayudará a nivel personal, también a nivel de equipo. Se fomentará la comunicación interna y el compromiso corporativo, favoreciendo el clima laboral de nuestra organización.
Cómo mejorar la asertividad
Uno de los primeros pasos que debemos dar para trabajar la asertividad es aprender a decir que no cuando no estamos de acuerdo con lo que nos dicen o solicitan. Poder decir que no a una tarea y explicar nuestros motivos abrirá un puente hacia la comunicación, pudiendo encontrar otras formas para resolverlo y delegar cuando sea oportuno.
Permanecer informados y actualizados de lo que pasa en nuestra empresa nos será de gran ayuda para tener criterio propio y entender las distintas posiciones de los demás.
Ser honestos con nosotros mismos será otra de las claves para trabajar la asertividad. Reconocer las veces que nos equivocamos y, a su vez, premiar los éxitos del resto ayudará a crear vínculos que nos serán efectivos en el día a día.
Escuchar a nuestros compañeros y ser más abiertos nos ayudará a entender mejor al resto y saber cómo actuar en cada situación. Esto no solo nos ayudará a trabajar nuestra asertividad, también animará al resto del equipo a seguir la misma conducta.