Employer branding es un termino que lleva muchos años usándose en los Estados Unidos, pero que recientemente se ha puesto de moda en las empresas españolas. Se refiere simplemente a la marca de la empresa como contratadora de personal.
Desarrollar el employer branding es muy importante para atraer talento. Las personas no solo buscan un buen salario o unas condiciones óptimas para su contrato. También buscan un buen sitio para trabajar. Un sitio del que hablen bien personas que están trabajando dentro, donde se trate al trabajador de forma justa y donde se puedan desarrollar profesionalmente.
Puede parecer algo que solo debería importar a grandes empresas, pero nada mas lejos de la realidad: precisamente son las pequeñas y medianas empresas las que, dentro de sus posibilidades, deben reforzar lo más posible su marca de cara a futuros empleados. Esto es porque no pueden competir con una empresa grande en salarios o beneficios sociales, pero sí pueden competir de tu a tu en ámbitos como el ambiente dentro del equipo, lo unidos que se sienten los trabajadores a la empresa (conocido también como engagement), y otras pequeñas cosas materiales o inmateriales que pueden ser muy valoradas por las personas que deseas atraer a tu empresa.
Lo más importante, desde luego, es que hablen bien de ti. Damos por hecho que la empresa trata bien a sus empleados, si no no estaría preocupada por el employer branding o debería empezar a tratarlos bien en primer lugar. Pero no basta con tratarlos bien. Debes cuidar de ellos. Debes hacer que se sientan únicos. Debes conseguir un efecto WOW como el que consiguió la OCU al repartir desayunos para dar la bienvenida a sus trabajadores después de la pandemia. Este efecto es el que genera ruido en las redes sociales y el que hace que mejore tu imagen como marca.
Por supuesto, también consigues de este modo que el boca a boca funcione a tu favor, y que tus propios trabajadores funcionen como embajadores de tu marca. No hay mejor argumento para convencer a alguien de que acepte un nuevo empleo que ofrecerle unas condiciones justas y un amigo le recomiende trabajar allí.
Esto genera una imagen de «ser un buen sitio para trabajar» que es lo que buscan muchos de los empleados más valiosos y cualificados. Cuando una persona ha ganado cierta cantidad de dinero a lo largo de su carrera, tiene experiencia y ha alcanzado determinado status, lo único que va a hacer que adopte nuevos retos es un terremoto laboral (que su empresa quiebre por ejemplo), una oferta económica verdaderamente irrechazable como una subida de sueldo del 50% o, más frecuente mente, trabajar en un lugar en el que se sienta más feliz. Es para los trabajadores en este ultimo supuesto para lo que merece la pena trabajar como marca empleadora.
Pongamos como ejemplo un programador, uno de los puestos más solicitados en los últimos años. Es cierto que un programador exigirá ciertas expectativas salariales hasta alcanzar, si es un buen programador y con experiencia, el entorno de los 35k a 40k euros brutos anuales. Llegados a este punto, supongamos que un programador con experiencia desea cambiar de trabajo y está explorando el mercado. ¿Elegiría una empresa en la que cobre más o menos lo mismo, con un ambiente estupendo y en la que todo el mundo la la impresión de ser feliz o elegiría una empresa dura en la que cobrará 3k o 4k euros más al año? ¿Y en que empresa crees que permanecerá más tiempo antes de plantearse un cambio?
Verdaderamente, merece la pena trabajar el employer branding si eres una empresa de tamaño mediano y tienes la posibilidad de hacerlo. No es tan complicado, la empresa tan solo tiene que procurar de sus trabajadores y serán los propios trabajadores los que cuiden de la empresa.