La evaluación 180 grados se considera uno de los principales métodos de evaluación del desempeño. Muchas compañías deciden utilizarla y que aporta una perspectiva más cercana a la realidad. El objetivo de esta es medir el desempeño laboral de los trabajadores. Pero realizar la evaluación 180 grados puede ser una tarea muy compleja si no sabemos qué pasos llevar a cabo. Con este artículo sabrás cómo llevar a cabo la evaluación 180 en tu empresa de la forma más óptima para lograr la evaluación esperada.
¿Qué es la evaluación 180 grados?
La evaluación 180 grados es uno de los múltiples métodos que existen para realizar la evaluación del desempeño de los empleados en la empresa. Lejos de ser un método más, la evaluación 180 se posiciona como una de las más utilizadas gracias a los beneficios que ofrece. Aunque también esta requiere de una gran inversión de tiempo por parte de los responsables de RRHH.
Qué aporta a las empresas la evaluación 180 grados
Realizar la evaluación 180 grados en la compañía apoya la comunicación interna entre los trabajadores y sus responsables. Lo que será de gran utilidad para obtener mejores evaluaciones acerca de ello y fortalecer el vínculo en la empresa.
Por otro lado, podemos detectar a tiempo problemas en el desempeño laboral y poner medidas para cuidar a nuestros trabajadores y fomentar el desarrollo del personal. Por lo tanto, entre los beneficios que aporta destaca la mejora de la productividad y motivación entre los empleados que compone la empresa, lo que se traduce en una disminución de la rotación de nuestra plantilla.
Además, si realizamos con éxito esta evaluación nos servirá para establecer nuevos objetivos, conociendo las necesidades que tiene la compañía y organizando las responsabilidades de cada empleado.
Guía para realizar la evaluación 180 grados en tu empresa
Si seguimos una estructura que defina distintos pasos que seguir en el proceso de evaluación, será más sencillo no cometer errores, no dejarnos nada en el tintero y obtener el máximo beneficio del método 180º.
Consulta el organigrama de la compañía
Es muy importante comenzar el proceso visualizando el organigrama de nuestra empresa. Así, no nos perdernos a la hora de distinguir y evaluar a los distintos puestos de la organización. En un solo vistazo podremos ver quienes son las personas responsables, subordinados o jefes de equipo con los que necesitaremos contactar para preguntar.
Establece responsabilidades para cada empleado
En este segundo paso fijaremos las responsabilidades, objetivos y deberes que deben seguir los diferentes cargos. Par ello nos podemos ayudar del organigrama. Así estableceremos qué habilidades de los trabajadores van evaluarse y nos facilitará después la labor de fijar nuevas metas conforme termina la evaluación.
Prepara el feedback que aportarás
Uno de los motivos para realizar esta evaluación de desempeño es poder comunicarnos con el empleado y recibir sus opiniones. Pero también el trabajador debe recibir feedback sobe cómo está siendo su estancia en la empresa y lo que se espera de él, sus tareas y nuevos retos que afrontar.
Fija un plan de desarrollo
Toda la información que hayamos obtenido con la evaluación de desempeño no puede quedarse en el olvido. Podemos utilizarla para definir planes de desarrollo de personal que mejoren las debilidades detectadas entre los empleados y refuerce sus fortalezas.
Este proceso de evaluación recomendamos desde TramitApp repetirlo en intervalos aproximados de seis meses para verificar si han existido mejoras, nuevas necesidades y revisar objetivos.
Diferencias entre la evaluación 180 y la 360 grados, ¿cuál elegir?
La evaluación 180 se basa en hablar con el propio trabajador y su superior para obtener la información que mida el desempeño del empleado. Lo hace un método no apto para aplicar a los empleados de alto rango ya que utiliza un menor número de fuentes, por lo que se podría perder información clave sobre su desempeño.
A diferencia con el 180º, el método 360 grados utiliza mayor número de fuentes para poder realizar la evaluación, como los comentarios de subordinados, evaluación de otros compañeros o clientes. De esta forma, mientras que la evaluación 180 grados no es apta para los altos mandos, la 360 sí podría serlo. A pesar de ello, debemos tener en cuenta que la evaluación 360 grados implica una cantidad de tiempo superior llevarla a cabo.
Debemos valorar qué método se adapta mejor a nuestras necesidades en la empresa y recursos, ya que ninguna evaluación es de por sí mejor que la otra.