¿Has oído hablar del contrato fijo-discontinuo pero no sabes exactamente sus características? Puede ser que te hayan ofrecido este contrato pero no lo conoces, quieras saber tus derechos como trabajador o las obligaciones que tiene la empresa. No te preocupes, sea cual sea tu caso, te contaremos sus características.
¿Qué es el contrato fijo-discontinuo?
A raíz de la nueva reforma laboral, el contrato fijo discontinuo vuelve a estar a la orden del día en el mundo laboral y de recursos humanos. Este tipo de contrato no es tan reconocido o, quienes lo conocen, suelen tener dudas en cuanto a sus especificaciones.
Lo primero que debemos tener claro es la definición para después proseguir con sus características. El contrato fijo discontinuo es un tipo de contrato laboral indefinido donde el empleado trabaja de forma intermitente en el tiempo. Por lo tanto, el empleado no trabaja todo el año.
Este tipo de contrato se lleva a cabo en empresas que no necesitan trabajadores el año completo, por lo que el empleado trabaja solo durante una temporada concreta. Por ejemplo, un socorrista o un monitor de esquí.
El artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores es el que regula este contrato y los casos en los que puede aplicarse para los trabajadores de una compañía.
Conoce sus características principales
No debemos confundir el contrato fijo discontinuo con un contrato temporal, es un acuerdo indefinido, por lo que se establece una fecha de inicio, pero no una finalización concreta. Sin embargo, como hemos comentado, tiene la peculiaridad de que el trabajador realiza su actividad de forma intermitente. El trabajador cuenta con el reconocimiento de la antigüedad de todo el periodo que ocupa la relación laboral y no solo de los periodos trabajados.
La jornada de un contrato fijo-discontinuo puede ser tanto una jornada completa como parcial. Además, el trabajador forma parte de la plantilla fija de la compañía, como cualquier otro empleado.
Diferencias con el contrato temporal
A diferencia del contrato temporal, el fijo-discontinuo está considerado como un contrato fijo e indefinido, a pesar de que en las épocas en las que el empleado no trabaja cobra también el desempleo.
Por otro lado, la indemnización que se produce al término del contrato es diferente entre ellos. Mientras que los contratos temporales son indemnizados con 12 días por año de trabajo, el fijo-discontinuo oscila entre los 20 días por año y una anualidad de máximo, o 33 días por año y 24 meses de tope. Esto será dependiendo de si es un objetivo procedente o improcedente. Cabe destacar que a efectos de indemnización por despido, en este contrato fijo-discontinuo únicamente se sumarán los periodos de actividad laboral.
¿Cómo funciona el contrato fijo-discontinuo?
Al desarrollarse el trabajo de forma intermitente en el tiempo, para saber cómo funciona este contrato debemos distinguir entre los dos periodos del trabajador en la empresa:
Durante su periodo de actividad laboral en la empresa
El empleado cobra su salario durante el periodo de actividad para el que es contratado, cotizando en la Seguridad Social.
Cuando finaliza el periodo de actividad laboral
En este momento en el que el empleado no trabaja, tampoco cobra el sueldo de la empresa ni cotiza en la Seguridad Social. Durante la inactividad del contrato fijo-discontinuo el empleado tiene derecho a la prestación por desempleo en el caso de que cumpla los requisitos.
La empresa por su parte, en el periodo de inactividad, debe entregar al trabajador un finiquito con la liquidación de las deudas pendientes. Este finiquito no tiene que ver con el de extinción del contrato. Además, la empresa está obligada a comunicarse con el empleado cuando se inicie de nuevo su actividad laboral.
El llamamiento de la empresa al trabajador para la reincorporación
Una vez la empresa requiere que se reanude la actividad del trabajador, deberá comunicarse con este empleado para que se reincorpore a su puesto. Este procedimiento es el conocido como llamamiento, realizado antes de reanudarse la actividad del trabajador que tiene este contrato.
En el caso de que el empleador no llame o se comunique con el trabajador para avisarle de la reanudación de su jornada, se entenderá que este trabajador está despedido.
Por su parte, si la empresa no realiza el llamamiento, el trabajador puede reclamar judicialmente en un plazo de 20 días hábiles desde su . Esta reclamación se lleva a cabo mediante una papeleta de conciliación en la que se alega despido improcedente debido a que la empresa no ha cumplido con su parte. Si el trabajador no reanuda su actividad laboral tras el llamamiento de la empresa, se entiende que da por finalizada la relación laboral. Si existe una causa de fuerza mayor que le impida acudir, no existirá esta dimisión del empleado.
¿Cómo podemos llevar a cabo este llamamiento? Este proceso se realiza por escrito, por lo que es importante tener garantías de que este documento ha sido enviado. Para ello, las empresas pueden hacer uso de un email certificado para registrar todo el proceso de entrega del correo y contar con validez legal ante cualquier inconveniente que pueda surgir.
El contrato fijo-discontinuo en la nueva reforma laboral
El contrato fijo-discontinuo se ha visto potenciado con la nueva reforma laboral ya que se presenta como una alternativa para el desarrollo de trabajos de naturaleza estacional o vinculados a actividades productivas de temporada. De esta manera se potencian estos contratos Para realizar esta contratación y cubrir los puestos, las empresas deberán informar anualmente a los sindicatos de su previsión al respecto.
Cómo llevar a cabo la gestión del contrato fijo-discontinuo
A la hora de realizar el contrato fijo-discontinuo las empresas buscan contar con una herramienta que les ayude en la gestión y organización. Para ello, el gestor documental se convierte en el apoyo idóneo para facilitar la comunicación con este empleado de actividad intermitente con el que no contaremos el año completo. Además, si buscamos realizar las firmas de contrato u otros documentos con nuestro empleado, la firma electrónica puede ser otra herramienta de apoyo para así efectuarlo en remoto.