El síndrome del impostor es un fenómeno muy frecuente al que hacen frente gran parte de los trabajadores cuando obtienen un nuevo puesto. Si buscamos lidiar con ello nosotros mismos o prevenir que se dé en nuestro equipo de trabajo, en este artículo encontrarás algunas de las herramientas y consejos fundamentales para hacerle frente.
¿Qué es el síndrome del impostor?
El síndrome del impostor es un fenómeno que afecta a muchas personas en el ámbito laboral. Aunque puede darse en cualquier tipo de trabajo, es especialmente común en profesionales altamente cualificados y en situaciones en las que se requiere un alto nivel de competencia.
El síndrome del impostor se caracteriza por una sensación de fraude o de no merecer el éxito que se ha conseguido. Las personas que lo padecen suelen tener una tendencia a minimizar sus logros, achacándolos a la suerte o a la ayuda de otros en lugar de reconocer su propio esfuerzo y habilidades.
¿Quién es más probable que lo sufra?
Padecer el síndrome del impostor puede afectar a personas de cualquier género, edad, profesión u origen cultural. Sin embargo, es más frecuente que afecte a profesionales que logran puestos de trabajo con mayor éxito o que hacen un cambio laboral importante en su carrera.
Cabe destacar que este síndrome es más habitual que se dé en mujeres. Según un estudio encargado por Access Commercial Finance en Reino Unido, dos tercios de las mujeres consultadas lo habían experimentado alguna vez en sus vidas.
Síntomas del síndrome del impostor
Puede ser que estés dudando si tú o alguien de tu equipo padece este síndrome y buscas cómo cuidar el bienestar de los empleados. Los síntomas más comunes para saber si se tiene este síndrome del impostor son los siguientes:
- Sentir que uno no es merecedor de su éxito o logros.
- Creer que cualquier momento se descubrirá que uno es un fraude o un impostor.
- Sentir que uno sólo ha logrado el éxito debido a la suerte o al azar, en lugar de debido a sus habilidades o esfuerzos.
- Sentir una presión constante para ser perfecto y no cometer errores.
- Temor de ser expuesto como un fraude o un impostor.
- Sensación de agotamiento, deterioro de la salud mental.
- Dificultad para aceptar elogios o reconocimientos.
- Sentirse constantemente nervioso o ansioso en relación a su desempeño laboral o académico.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar según cada persona y que no todas los trabajadores que experimentan estos síntomas necesariamente tienen el síndrome del impostor.
La necesidad de hacerle frente
Si bien es normal sentirse un poco inseguro o intimidado en un entorno laboral nuevo o desafiante, el síndrome del impostor puede convertirse en un problema si se vuelve crónico y afecta negativamente la autoestima y la confianza en uno mismo. Afortunadamente, existen estrategias que pueden ayudar a superar el síndrome del impostor y a desarrollar una actitud más saludable en el lugar de trabajo.
Una de las cosas más importantes a la hora de vencer el síndrome del impostor es reconocer que es un fenómeno común y que no significa que una persona sea un fraude o que no merezca el éxito que ha conseguido.
Consejos para lidiar con el síndrome del impostor
Como vemos, el síndrome del impostor es una sensación común en la que una persona tiene dificultades para creer en su propio éxito y siempre siente que está a punto de ser descubierta como un fraude en el trabajo. Hay varias maneras de lidiar con esta sensación, algunas de las cuales incluyen:
- Aceptar que todos tenemos dudas y sentimos inseguridades en el trabajo en algún momento. No eres el único que siente esto, y es normal tener estos sentimientos de vez en cuando.
- Hacer una lista de tus logros y éxitos en el trabajo. Esto te ayudará a recordar que tienes habilidades y cualidades valiosas que te han llevado al éxito en el pasado.
- Compartir tus sentimientos con un amigo, compañero de trabajo o mentor de confianza. A veces, hablar sobre nuestras inseguridades con alguien que nos apoya puede ayudarnos a ponerlas en perspectiva y recordarnos que no somos un fraude.
- Establecer metas realistas y medibles en el trabajo. Al alcanzar estas metas, podrás ver tu progreso y sentirte más seguro de tus habilidades.
- Aprender a aceptar el elogio de manera sana. Cuando alguien te felicite por un logro en el trabajo, trata de no minimizar tu éxito o desviar la atención hacia otra persona.
Si sientes que puedes estar sufriendo de este síndrome, también es importante buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.