Los contratos a jornada parcial, también conocidos como media jornada, son una de las alternativas más utilizadas por las empresas a la hora de incorporar a nuevos trabajadores. Las compañías deben ser conscientes de todo aquello que implica la media jornada para decidir así si le beneficia más establecer este tipo de contrato antes que uno a jornada completa. Por ello, para conocer todos los aspectos que involucra este tipo de contrato hemos elaborado este artículo donde resolveremos dudas y veremos sus puntos fuertes y débiles acerca de la media jornada.
¿Qué es un contrato a media jornada?
Un contrato a media jornada es un acuerdo laboral entre el trabajador y la empresa donde el empleado realiza sus servicios durante un menor número de horas que la establecida en el convenio colectivo o ley de lo que se entiende como jornada completa. Las horas de este contrato a media jornada suele ser de unas 4 o 5 horas diarias, dependiendo también de las necesidades que tenga la empresa y el empleado.
Si en una jornada completa los empleados trabajan 8 horas al día, durante la media jornada el empleado trabajará menos de 8 horas (no tiene por qué ser literalmente la mitad). Por lo tanto, hablamos de media jornada cuando, al sumar las horas trabajadas por un empleado, el número es inferior a las 40 horas semanales que significan una jornada completa o su equivalente mensual o anual. En el artículo 12 del Estatuto de los Trabajadores podemos encontrar más sobre los aspectos legales.
¿Para qué casos se suelen utilizar los contratos a media jornada?
La jornada parcial es muy utilizada por aquellas empresas que buscan cubrir una necesidad puntual como la ausencia de un empleado que está de baja médica o un periodo vacacional. Por parte de los empleados, este tipo de contrato suele ser conveniente para poder compatibilizar mejor su vida laboral y personal, por ejemplo, para trabajadores que a su vez están estudiando o presentan distintas responsabilidades. También pueden utilizarse estas jornadas parciales de forma partida, por ejemplo en el sector de la hostelería, donde es habitual trabajar unas horas y después otras cuantas más.
Derechos del empleado en el contrato a media jornada
El trabajador que posee la jornada parcial tiene los mismos derechos que los trabajadores a tiempo completo, solo que, en algunas cuestiones, como el salario, todo irá en proporción a las horas trabajadas.
Respecto a las vacaciones, los empleados a media jornada tiene las vacaciones proporcionales a sus horas. Por lo tanto, si trabaja 5 horas al día, tendrá esas 5 horas de vacaciones. Lo que se traduce en tener ese día libre (al igual que en las jornadas completas).
Es importante que, a la hora de firmar el contrato en este se especifique el horario y qué flexibilidad va a tener este mismo. Si no se especificase este número de horas, se podría entender que el contrato es de jornada completa.
Ventajas de aplicar el contrato de jornada parcial
Una de las ventajas más claras de este tipo de contrato es la mejora en la conciliación que se produce entre la vida personal y profesional. Esta ventaja puede traducirse en una mayor productividad del empleado que, al estar menos horas, hace que estas horas sean más productivas.
Además, para aquellos empleados que están formándose o deciden comenzar a realizar algunos estudios pueden compatibilizarlo de mejor forma gracias a este contrato sin tener que abandonar ninguno de ambos.
Si las necesidades productivas de la empresa lo requieren y el trabajador está de acuerdo, es muy sencillo pasar de un contrato parcial a uno a jornada completa. Por lo tanto, no habrá problema y estaremos contratando a jornada completa a un trabajador que ya conocemos cómo trabaja.
Por último, cabe destacar la reducción de los costes laborales para la empresa, donde estos contratos puede ser una opción para contratar a nuevo personal.
Desventajas de los contratos a jornada parcial
Al disponer de trabajadores que están menos horas que el resto, es posible que estos no estén tan vinculados o comprometidos con la empresa. También debemos tener en cuenta que estos empleados no siempre estarán presentes en determinados momentos, lo que podría ser un punto negativo a la hora de tener que ponerles al día o dejar a medias determinadas actividades.
También, al estar menos horas, se hace más difícil ascender dentro de la compañía o desarrollarse profesionalmente. Esto podría perjudicar a la motivación de los empleados ya que pueden sentirse más estancados y sin progresar de la misma forma que el resto de sus compañeros a jornada completa.
Si la empresa decide ampliar a jornada completa al empleado, hay que tener en cuenta que el trabajador está en su derecho de rechazarlo y querer continuar con la media jornada. Esto podría dificultar las gestiones por parte de la compañía. Cabe destacar que en este tipo de contratos a media jornada podría verse afectado el clima laboral de la empresa al generarse posibles conflicto acerca de la distribución desigual en el reparto de tareas y responsabilidades respecto al resto de trabajadores que sí poseen jornada completa.