En la actualidad, y más aplicado a las empresas, necesitamos estar en constante evolución y quien se queda parado, pierde. Conociendo esto, las empresas buscan realizar acciones para poder mejorar, adaptarse a los nuevos cambios y obtener mejores resultados. No es sencillo saber cuáles son los cambios que podemos realizar, que estos sean realistas y que realmente supongan una mejora en la compañía. Aquí entran en juego el método Kaizen. Sigue leyendo si quieres saber en qué consiste y cómo ponerlo en marcha en tu empresa.
¿Qué es el método Kaizen?
El método Kaizen consiste en un sistema de mejora continua donde se realizan pequeñas acciones de forma constante que, una tras otra, generan grandes beneficios a largo plazo. En definitiva, esta filosofía, muy aplicada en el ámbito empresarial, está basada en realizar acciones sencillas en la empresa que nos ayuden a alcanzar los objetivos que buscamos.
Este método se originó en Japón tras la Segunda Guerra Mundial debido a la situación económica y social que atravesaba el país. Aplicar esta filosofía en el control de calidad de los procesos ayudó a que, en pocas décadas, las empresas niponas se posicionaran como grandes líderes del mercado en el mundo. Como curiosidad, la palabra Kaizen deriva de las palabras japonesas “kai”: cambio y “zen”: mejor.
“Varios cambios pequeños y continuados dan mejores resultados que un único cambio grande”.
¿Para qué sirve este método en las empresas?
Uno de los usos que se le da a esta metodología es mejorar los procesos en las empresas y no perder el tiempo con aquellos que no van a ningún lado. Su finalidad es lograr las metas y objetivos que fijemos de manera gradual. Así, eliminamos todas aquellas interrupciones y malas gestiones realizando estas pequeñas acciones de forma continuada en el tiempo.
Ante la inestabilidad del mercado actual este concepto está adquiriendo gran protagonismo. ¿Por qué? Porque permite a las empresas enfocarse en realizar estos pequeños cambios a corto plazo que le ayuden a establecer unas bases sólidas para su crecimiento.
Por lo tanto, la metodología Kaizen permite mejorar la gestión del tiempo de trabajo y distribuir la jornada diaria encaminándola en lograr un mismo objetivo. Su propósito está claro, construir un entorno laboral más eficiente y productivo que aumente la competitividad de la compañía.
¿Cómo aplicar la metodología Kaizen en mi empresa?
Una vez vista su explicación y utilidad seguramente quieras saber las bases para poner en marcha este método en el día a día. Podemos resumir su implementación en la empresa con distintos pasos que deberemos llevar a cabo para realizarlo de forma correcta:
Fija una meta y objetivo que conseguir
La meta que queramos cumplir puede ser tan compleja o sencilla como quieras, lo importante es que sea realista y establezcas cuáles son los pequeños cambios que te llevarán a lograrla.
Establece un equipo de trabajo que lo lleve a cabo
Una vez conocido el propósito y objetivo final, deberemos designar en este paso qué equipo de trabajo serán los responsables de llevar a cabo cada acción en el día a día. Seguramente necesitemos empleados de diferentes áreas y será necesaria una correcta organización para no dejar ningún cabo suelto. Para asegurar la consecución de las tareas nos ayudará fijar una persona líder que compruebe que todo se está realizando adecuadamente.
Almacena y analiza el proceso y la información obtenida
Seguramente puedan suceder fallos o tareas que podemos ir mejorando, por lo que necesitaremos una visualización y visión completa de los procesos. Nos podemos ayudar de herramientas como hojas de chequeo donde vayamos registrando y anotando los datos cada día para detectar así los problemas que puedan estar surgiendo. También podemos ayudarnos de soluciones digitales donde se asignen las tareas que debe realizar cada empleado, se avise de ello y que todo quede registrado y almacenado en la misma plataforma para comprobarlo siempre que lo necesitemos.
Hacer seguimiento de los cambios y acciones
Según vaya pasando el tiempo, la persona responsable debe monitorear estos pequeños cambios que estamos haciendo para ver si realmente nos está acercando a nuestra meta. Si alguna de las acciones no está dando los resultados esperados deberemos modificarla. Será necesario realizar reuniones periódicas con los diferentes miembros o equipos para conocer su percepción y recibir un feedback acerca de las acciones.
Documenta el proceso
Una vez realizados los cambios y mejorar los procesos, debemos seguir comprobando que todos los miembros encargados implementen estos cambios en el día a día. Documentarlo en forma de manual con el procedimiento puede ayudar a habituarnos a este proceso y después poder compartírselo a toda la compañía.